La copa

La copa

El aroma y el sabor del vino son diferentes cuando se bebe en la copa adecuada. De su forma, de su tamaño y del material que están hechas depende el poder disfrutar totalmente del color, los aromas y el sabor del vino. Cada región vinícola tiene, además, su tipo de copa ideal para degustar sus vinos.

La forma: una copa de vino tiene que ser convexa, con el borde curvado hacia el interior para captar los aromas. Debe tener un pie largo para poder sostenerla sin tocar el cáliz y evitar así que se caliente.

El tamaño: debe ser suficientemente grande, de unos 350 ml, como para poder hacer girar el vino y liberar sus aromas sin que se derrame. Para los mejores vinos tintos el tamaño adecuado es de 450 ml, mientras que para los blancos es menor, de 300 ml.

El material: cuanto más transparente, lisa y sin facetas, mejor se podrá apreciar el vino en su interior. El material ideal es el cristal fino. A lo largo de la historia, la copa ha sido de metal, de oro, de marfil, de barro… La creencia de que el veneno rompería un vidrio delicado generalizó el uso de este material.

El lavado de las copas

Las copas deben estar perfectamente limpias para poder apreciar el vino con todos los sentidos. Pueden coger y retener fácilmente los olores provenientes del lavado, del secado o del armario, incluso del embalaje. Una mala costumbre de muchos restaurantes es montar los servicios con las copas hacia abajo, con lo que suelen impregnarse del olor de los manteles limpios.

La mejor manera de lavar una copa es a mano, con gran cantidad de agua caliente y, si fuese necesario, con un poco de líquido lavavajillas suave; aclarar con abundante agua caliente, y secar mientras está todavía húmeda con un paño de algodón o lino.

Se debe evitar el uso del lavaplatos para evitar posibles restos de detergentes y de paños nuevos para el secado, ya que pueden dejar hilos y pelusas en las copas.

Copas adecuadas a cada vino

Existe una gran diversidad de copas y es necesaria una adecuada elección, ya que cada vino se expresa de forma muy diferente según la copa en que se sirva.

Si se bebe en la copa apropiada, el sabor será mejor y la experiencia, mucho más intensa. Para ello, hay que tener en cuenta tres elementos que son: la forma, el tamaño y el material del que esté hecha.

Se puede distinguir varios tipos de copas y dentro de un mismo grupo encontrar variantes. Las más importantes son:

  • Copa para vino blanco, construida por un tallo largo y fino y un cáliz en forma de tulipa.
  • Copa de burdeos, cuyas amplias formas permiten que se expresen los vinos tintos.
  • Copa de borgoña, cuyo diseño permite hacer girar el vino, con lo que los aromas se liberan con facilidad.
  • Copa normalizada, utilizada en las sesiones de cata en las ferias internacionales.
  • Copa de oporto o de jerez, cuya forma está inspirada en la tradicional copita jerezana.
  • Flauta de champagne, utilizada también para el servicio de otros vinos espumosos, como el cava.