Los vinos de La Rioja fueron los primeros vinos de España en estar amparados por una Denominación de Origen. Aquello fue en 1925. En 1991, aquella Denominación de Origen se convirtió en Denominación de Origen Calificada, también la primera de España.
El Consejo Regulador es el organismo que se encarga de velar por el cumplimiento del reglamento que tiene la Denominación de Origen Calificada.
Cuando el Consejo Regulador ha comprobado que la elaboración de un vino amparado se ha realizado conforme a la reglamentación de la Denominación de Origen Calificada, expide unas contraetiquetas o unas precintas para que se incluyan en cada botella de esa partida. De esta manera, garantiza ante el consumidor la calidad de ese vino.
Si una botella lleva la contraetiqueta o precinta numerada de la Denominación de Origen Calificada nos dice que:
Las contraetiquetas, además de ser la garantía de pertenecer a la Denominación de Origen Calificada, indican la crianza que ha recibido el vino que hay en esa botella, de tal manera que existen cuatro modelos numerados de contraetiquetas y precintas:
Solo pueden utilizar las indicaciones de “Reserva” y “Gran Reserva” aquellas añadas que hayan recibido una armonía en sus cualidades organolépticas y una riqueza aromática destacada como consecuencia de su envejecimiento.
El Consejo Regulador de la DOC Rioja ha implantado un sistema de seguridad, pionero en el mundo del vino, con el objetivo de garantizar la autenticidad de las contraetiquetas y precintas de los vinos de Rioja y, por tanto, la calidad ante el consumidor. Se trata de un dispositivo (“Rioja Trust Seal”) fabricado con tecnología óptica difractiva, que incorpora en una pequeña banda (7×22 mm) de aspecto metalizado elementos del logotipo y la palabra Rioja.
Gracias al brillo y nitidez extremos y a los efectos ópticos, el consumidor puede identificar, incluso en condiciones de poca luz, este diseño exclusivo para Rioja, comprobando por sí mismo la autenticidad del documento.
Según su contenido en azúcar residual, el que permanece tras la fermentación, un vino puede ser:
El color es una de las características más evidentes e identificables por nuestros sentidos y permite, por lo tanto, hacer una primera clasificación de los vinos, normalizada en casi todos los países vitivinícolas.
El mosto de la uva es siempre blanco y adquiere los diferentes colores de los hollejos (la piel de la uva), variando en intensidad según el tiempo de contacto entre los hollejos y el mosto.
Las indicaciones “cosecha”, “añada”, “vendimia” u otras equivalentes se aplicarán exclusivamente a los vinos elaborados con uva recolectada en el año que se mencione en la indicación que no hayan sido mezclados con vinos de otras cosechas en una proporción superior al 85%.
La zona de producción de la Denominación de Origen Calificada Rioja está situada en el Norte de España, a ambos márgenes del río Ebro.
Toda la región se beneficia de la confluencia de dos climas tan opuestos como el Atlántico y Mediterráneo, que proporcionan temperaturas suaves y precipitaciones anuales algo superior a los 400 l/m2, condiciones muy idóneas para el desarrollo de la vid. En toda la extensión de la DOC encontramos una diversidad climatológica importante. Nada tiene que ver los rigores veraniegos de La Rioja Baja y Media con la frescura de la Alta. Ocurre lo mismo con las precipitaciones: hay zonas de viñedo cuya pluviosidad está más cerca de los 600 mm que de los 400.
Es por eso una zona privilegiada para el cultivo de la vid y para la elaboración de vinos de alta calidad con personalidad única y gran aptitud para la crianza.
El tipo de suelo más característico de Rioja también resulta muy adecuado para una viticultura de calidad, ya que tiene una estructura equilibrada (arenas, limos y arcillas), es ligeramente alcalino, pobre en materia orgánica y con moderada disponibilidad hídrica durante el verano. En su conjunto, la Denominación posee una diversidad de suelos (arcillo calcáreos, arcillo ferrosos y aluviales son los tres dominantes), así como de microclimas (orientación del viñedo, protección de los vientos, etcétera), que otorgan a los vinos unas peculiaridades únicas y permiten, en función de las variedades y técnicas de cultivo aplicadas, elaborar un amplio abanico de vinos con personalidad diferenciada en el marco de una identidad común perfectamente reconocible.
De acuerdo con los rendimientos máximos permitidos por el Reglamento a fin de optimizar la calidad de los vinos (6.500 kg por hectárea en variedades tintas y 9.000 kg por hectárea en variedades blancas), la producción media actual de la Denominación se sitúa entre 280 y 300 millones de litros, de los que el 90% corresponde a vino tinto y el resto a blanco y rosado.
Cepas nuevas y cepas viejas
Los viñedos viejos de más de 80 años se caracterizan por su bajo rendimiento (30 Hl/Ha) y una óptima orientación.
Rendimiento por hectárea, altura del viñedo
El marco de plantación define, lógicamente, la densidad de plantación. Siempre se debe pensar primero en el marco de plantación que en la densidad. Esta última es una variable derivada que se calcula dividiendo la superficie de una hectárea entre el marco de plantación.
En la DOC Rioja se fija una densidad de plantación mínima de 2.850 cepas y máxima de 10.000 cepas por hectárea.
Prácticas culturales y de elaboración del vino
El riego del viñedo está autorizado para mantener el equilibrio de la planta a lo largo de su ciclo vegetativo, aunque entre el 15 de agosto y la vendimia se realiza exclusivamente con sistemas localizados y comunicándolo por escrito con 24 horas de antelación mínima a los Servicios de Inspección del Consejo Regulador.
Los sistemas de conducción y de poda del viñedo son: poda corta (vaso tradicional) y poda larga o espaldera (doble cordón, vara y pulgar, cordón simple).
En la DOC Rioja, la mecanización de su sector vitícola es muy alta. El viticultor medio dispone de tractores, fumigadores, prepodadoras, abonadoras, azufradoras, despuntadoras, sopladoras…). La vendimia y la poda suponen el 70-80% de las horas de trabajo necesarias para el cultivo de la vid. En Rioja se consideran necesarias 150-200 horas/año, para cultivar de modo tradicional una hectárea de viñedo. En esta afirmación reside buena parte de la diferenciación entre los vinos de alta calidad. Solo se puede hacer grandes vinos con grandes uvas, generalmente (salvo las grandes añadas), el trabajo pormenorizado y meticuloso de algunos es lo que les lleva a ser siempre los más destacados. Es por ello que aumenten los costes y horas de trabajo.
En la vendimia mecánica, el desprendimiento de la uva se produce por vibración, al actuar los sacudidores sobre el tronco y no sobre la vegetación, sin daño aparente en las cepas.
El exceso de producción se regula en el viñedo, básicamente en la poda y tirando uvas al suelo, manualmente, durante el verano.
El Reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja es más estricto que el de otras Denominaciones de Origen y los límites de producción máximos autorizados por hectárea está por debajo de la media de las Denominaciones europeas más prestigiosas.
Para las variedades tintas, el límite máximo es 6.500 kg por hectárea y para las variedades blancas, 9.000 kg. Cada año, el Consejo Regulador emite la cartilla del viticultor, en que se refleja las hectáreas de viñedo amparado que posee el viticultor. En base a esas hectáreas y a la producción máxima permitida se calcula la cantidad de cosecha amparable. La cartilla tiene talones que sirven para tener controladas, en todo momento, las operaciones de compraventa de uva. Cuando el viticultor vende la cosecha al bodeguero, le entrega también los talones correspondientes, que éste remite al Consejo Regulador para que pueda calcular el vino amparable que puede producir con esa cosecha.
El despalillado de la uva se realiza en la bodega. Consiste en separar la baya del raspón.
La diferencia entre la Denominación de Origen (DO) y la Denominación de Origen Calificada (DOC) estriba en las exigencias en materia de control, producción y precios que se fijan en los diferentes reglamentos. Rioja fue la primera DO Calificada española, lo que conlleva no solo una rigurosa normativa de control sobre la producción vitícola y la elaboración del vino, sino que incluso se amplía tal control a la fase de comercialización. Posteriormente, obtuvo esta categoría Priorato.
Rendimientos por hectárea
La superficie de viñedo inscrito y el rendimiento máximo en kg de uva que se le autoriza a cada titular poseedor de una “cartilla de viticultor” viene establecido en el Reglamento: 6.500 kg por hectárea para las variedades tintas y 9.000 kg para las variedades blancas.
Este límite puede ser modificado anualmente por el Consejo Regulador a iniciativa propia o a petición de los inscritos interesados.
En función de las circunstancias de la campaña, el Consejo Regulador podrá reducir la producción máxima admitida por hectárea hasta 5.525 kg para las variedades tintas y hasta 7.650 kg para las variedades blancas.
Diferencias de tiempo de crianzas respecto a Rioja y el resto de Denominaciones
Por lo general, un crianza se define, en el caso del tinto, como un vino que ha tenido un periodo mínimo de envejecimiento de 2 años de los que al menos 6 meses habrá permanecido en barricas de madera de roble de capacidad máxima de 330 litros.
La crianza de los vinos amparados por la Denominación Calificada Rioja amplia el tiempo que el vino tinto permanece en barrica de roble hasta un año mínimo, siendo éstas de 225 litros de capacidad. La crianza de Rioja se prolonga así durante al menos 2 años naturales, a contar desde el 1 de octubre del año de la cosecha de que se trate y empezando el cómputo del periodo de envejecimiento no antes del día 1 de diciembre del año de la cosecha.
Para la inspección, el Consejo Regulador cuenta con Veedores Habilitados por el Ministerio de Agricultura. Entre sus funciones, se encuentran las de velar por el cumplimiento de la normativa vitivinícola y, en especial, la establecida en el Reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
El Servicio Habilitado de Veedores del Consejo Regulador desarrolla la actividad de control de la Denominación de Origen Calificada Rioja, en su vertiente presencial y administrativa, con actividades tan diversas como la gestión del Registro de Bodegas y Viñedos; la gestión de las Tarjetas de Viticultor; el control de las prácticas de cultivo, de los rendimientos de uva y de las elaboraciones de vino; la toma de muestras y la coordinación de la calificación de los vinos; la inspección de bodegas y viñedos; el control de movimientos y del envejecimiento y comercialización de los vinos; el control y el uso de los documentos de garantía; el muestreo de mercado, y, por último, la confección de estadísticas derivadas del control.
La experiencia de viticultores y elaboradores ha permitido realizar una selección natural de aquellas variedades de uva que demostraban mejores cualidades de adaptación a la climatología y suelos riojanos y que, al mismo tiempo, eran capaces de proporcionar vinos de las más altas calidades.
Las variedades de uva actualmente autorizadas por el Reglamento de la DOC Rioja son:
TINTAS: Tempranillo, Garnacha, Graciano, Mazuelo y Maturana Tinta.
BLANCAS: Viura, Malvasía, Garnacha Blanca, Tempranillo Blanco, Maturana Blanca, Turruntés, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Verdejo.