La botella de vidrio es el envase del vino por excelencia. La pureza, transparencia y la estabilidad química de este material lo convierte en el mejor envase posible para los vinos de calidad.
La etiqueta, junto a la botella, son dos elementos clave en la presentación de un vino. Su historia es larga. El vino comenzó a elaborarse durante el Neolítico entre las tribus que habitaban las proximidades del mar Caspio.
Entre las etiquetas de La Rioja, podemos encontrar diseños muy destacables que han superado el paso del tiempo convirtiéndose en auténticos referentes inseparables del vino.
Son todos aquellos vinos que no están amparados por ninguna Denominación de Origen y que, tras su elaboración, no es preciso especificar la añada, la procedencia ni la variedad de uva empleada para comercializarlos.
Los vinos de La Rioja fueron los primeros vinos de España en estar amparados por una Denominación de Origen. Aquello fue en 1925. En 1991, aquella Denominación de Origen se convirtió en Denominación de Origen Calificada.
Esta valoración de añadas está realizada sobre jóvenes, es de carácter general y debe ser completada con referencia a su evolución en los sometidos a crianza.
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