El vino ha llegado a casa. Dependiendo del tipo de vino y de que lo sepamos conservar con las condiciones adecuadas, el vino aún podrá envejecer, mejorando sus características organolépticas.
En el proceso de envejecimiento del vino en una botella podemos distinguir tres fases: maduración del vino, apogeo y declive.
La maduración es la primera fase en la que el vino va mejorando paulatinamente sus cualidades organolépticas. Los vinos se van afinando, a la vez que se mejoran sus cualidades. El apogeo se da cuando el vino ha llegado a su máximo nivel, desarrollando el abanico de aromas y sabores que define su buqué.
Tras esta fase, llegará un momento en que el vino comience poco a poco a perder esas características que marcaron su calidad, es el declive; se vuelve más seco, pierde cuerpo y el color evoluciona en los tintos desde los tonos malvas hacia tonos teja y en los blancos, hacia los tonos dorados.
La duración de cada una de estas fases es variable y viene definida por las características del vino, su elaboración, su crianza y las características de las variedades.
Saber cuándo pasar a degustar una botella de vino no es una decisión fácil, pero ampliar esa época en que el vino está en su apogeo depende de que sepamos conservarlo con las condiciones adecuadas.
Cuando vamos a elegir un vino, puede ser que contemos la ayuda de algún sumiller o persona entendida que nos asesore y ayude con nuestra elección, pero también puede ser que tengamos que escoger un vino de entre la multitud de referencias que existen sin la ayuda de nadie.
Entender lo que ese vino nos está ofreciendo tras la lectura detallada de la etiqueta, será fundamental para que podamos tomar la decisión adecuada.
La presentación del vino será otro de los factores que también ayuda a la hora de decidir. Saber distinguir y valorar un vino es el objetivo del ámbito.