Entre las etiquetas de La Rioja, podemos encontrar diseños muy destacables que han superado el paso del tiempo convirtiéndose en auténticos referentes inseparables del vino que presentan y que incluso se han mantenido prácticamente sin evolución desde que fueron creadas.
También podemos encontrar en las etiquetas de la Rioja las tres corrientes que reconocen Emmanuelle Rouzet y Gérard Seguin, en el estudio que realizaron en 2004, según el cual las etiquetas se podían clasificar en:
Etiquetas tradicionales o de “nobleza”
Son aquellas etiquetas que apelan a la nobleza, y a los símbolos nobiliarios, como incorporando la elaboración del vino dentro de una tradición familiar y aristocrática. Con ello se busca asociar el vino producido a lo exclusivo y elitista.
En estas etiquetas se recurre a escudos, blasones, imágenes de castillos, fortalezas, palacios… y es habitual la utilización de títulos nobiliarios (marqués, conde, vizconde,…)
Etiquetas que inciden en el valor artesanal y el valor de la naturaleza
Lo que se busca es asociar el vino al valor de la elaboración artesanal y a la tradición. Son frecuentes las alusiones a la viña y a los valles, con imágenes de cepas, de naturaleza y textos escritos a mano.
Etiquetas que buscan la notoriedad
Estas etiquetas se basan en buscar la diferenciación sobre otros conceptos. Utilizan alardes llamativos, modernas técnicas de impresión, formatos diferenciados, colores no utilizados habitualmente… El objetivo es buscar un halo de exclusividad que se pretende transmitir al consumidor.